Conjeturas a hurtadillas.

 Quisiera darte un beso al sol en tus mejillas,
sobre una silla abrirte en dos una sombrilla,
cual una vela en ti encendida verte en ninfa;
y bajo la lluvia tu y yo a solas dar la vida. De
las costillas que saldrán de nuestra alquimia,
nuestras pupilas dilatadas verán cintas.

Quisiera amarte un día tras otro y día
tras día, ser tu paciencia, tu intelecto y
tus sonrisas. Oler tu flor, libar tu néctar,
ser tu espiga; y de rodillas bajo un
puente oír que gritas… – ¡Que aunque en
casa te espere otro; – tu eres mía!

Quisieras que en vez de pensarte te
escribiera, otra poesía que hable en rimas
sobre líneas. Y envuelta en tinta a la cintura
andar desnuda; y entre comillas tras
cortinas oír mi música. Y por sobre hojas
derramar nuestra aventura…

‒ A vuelta musa y a encaje e hilo bailar sola,
las melodías que en penumbras das oronda.

A toda tú ser todo yo al cubrir tus curvas, a
sentir fiebre si tu vientre se estremece. A
humear mi pipa en la virtud de tu saliva, a
lamer dientes por los punto donde hierves. Y
a ir a venir pidiendo que el fuego nos queme;
y en una fuente derramar tu concha ardiente.

A corazón soñar fortuna y mucha dicha. A ver
la luna ebria ensartada entretejerse. A doble
fuerza y sin presión de subconsciente, bordear
tus vellos y andar rumbos que convergen. Y
acariciarte mientras miras que te pierdes, la
silla rota y la pasión sin contenerse…

‒ Y en lo profundo donde sudas sumo y gérmenes,
alzar la voz hasta gritar que huele a verde…

Hasta que entalle el diapasón en tu semilla, la
rima absurda, la metáfora concisa. Y cuentes
gotas hecha miel en tus delicias; y las revivas
bajo una lluvia de firmas. Quisiera ahora decir
ven te espero arriba, en el balcón donde
cantaste como Diva; quisiera fueras la canción.

- Quisiera darte lo que soy, quisiera que fueras
mi hoy; sin conjeturas a hurtadillas, ni mentiras.

‒ ¡Quisiera besarte un día al sol; y no a escondidas!