En una Comarca lejana, que queda por donde el sol escapa detrás la Luna y del Alba
un día después del mañana. Por donde al despertar las cigarras alzan la voz cuando
cantan con sus arpas afinadas, por donde las abejas bailan libando miel sobre sábila
al ritmo que la brisa traiga. Por allá por donde alaban la correcta condición que da
la sabia, le concedían la esperanza a todo aquel que en serio hablara y le creyeran
por nada. Y al clamor de remembranzas, todo el mundo idolatraba la palabra…
un día después del mañana. Por donde al despertar las cigarras alzan la voz cuando
cantan con sus arpas afinadas, por donde las abejas bailan libando miel sobre sábila
al ritmo que la brisa traiga. Por allá por donde alaban la correcta condición que da
la sabia, le concedían la esperanza a todo aquel que en serio hablara y le creyeran
por nada. Y al clamor de remembranzas, todo el mundo idolatraba la palabra…
Siempre que se diera sin olvidar que los modales sirven para respetarse y la razón
para expresarla, aunque sea sobre una tarja, o sobre hojas que otrora fueran blancas.
para expresarla, aunque sea sobre una tarja, o sobre hojas que otrora fueran blancas.
Y en un palmar de sábana que tras un campo de cañas por aquellos parajes quedaba,
cuentan que en carne y sudada se paseaba resentida entre pesares, una Doncella
embriagada. Llevaba un sol en la espalda tatuado de madrugada, sobre sus pechos
dos guirnaldas al moverlos se alumbraban, a la cintura una espada por si hombres le
acechaban tomar armas. Y de su alma de esclava, las palabras que brotaban blandían
lánguidas su garganta; y sobre la tierra secaban, cuales lagrimas de desesperanza.
cuentan que en carne y sudada se paseaba resentida entre pesares, una Doncella
embriagada. Llevaba un sol en la espalda tatuado de madrugada, sobre sus pechos
dos guirnaldas al moverlos se alumbraban, a la cintura una espada por si hombres le
acechaban tomar armas. Y de su alma de esclava, las palabras que brotaban blandían
lánguidas su garganta; y sobre la tierra secaban, cuales lagrimas de desesperanza.
- ¡Ya que nadie la escuchaba por borracha!
Dulce mujer temeraria, escuchó decir a un sátrapa que tras las rocas la velaba en las
mañanas, cuando entre corchos saltaba ella descalza; y lo vieron morir tomándosela,
condensado por la Dama en una taza. Otro bandido de marras al parecer se vio
halándola por el borde de una guardarraya, cuando entre ron y champagne por su
espalda ella le dio lo que él buscaba; y nunca más ni robándosela, ella permitió que
el la atara. Por eso se fue a entre las ramas, reinar en diosa sagrada de las plantas.
mañanas, cuando entre corchos saltaba ella descalza; y lo vieron morir tomándosela,
condensado por la Dama en una taza. Otro bandido de marras al parecer se vio
halándola por el borde de una guardarraya, cuando entre ron y champagne por su
espalda ella le dio lo que él buscaba; y nunca más ni robándosela, ella permitió que
el la atara. Por eso se fue a entre las ramas, reinar en diosa sagrada de las plantas.
- Vivía escondida y amargada, enamorada de un guardia que censuraba su gracia…
Y en los ríos se bañaba tinta en lastima, cantaba sola una nana y a distancia,
lanzaba besos canallas infectados de añoranzas que al resurgir la enraizaban. Su
belleza incontestada la hacían rara, buen motivo pues sufrir cuesta las marcas sin
contar todas las cartas enviadas. Y en la jungla de las palmas La Bella eligió morada,
quiso reinar en la calma que al atardecer emborracha las miradas. Se fue a la flor
de las castas, a llorar por la desgracia de sentirse enamorada de quien no la amaba.
lanzaba besos canallas infectados de añoranzas que al resurgir la enraizaban. Su
belleza incontestada la hacían rara, buen motivo pues sufrir cuesta las marcas sin
contar todas las cartas enviadas. Y en la jungla de las palmas La Bella eligió morada,
quiso reinar en la calma que al atardecer emborracha las miradas. Se fue a la flor
de las castas, a llorar por la desgracia de sentirse enamorada de quien no la amaba.
- Pues una vez en un bar de la comarca, sin ver pidió la palabra para consolar sus
ansias y reivindicarse en hembra inutilizada, bien vestida pero intacta cada nalga.
ansias y reivindicarse en hembra inutilizada, bien vestida pero intacta cada nalga.
- Y solo dijo dos palabras: ‒ ¡Pongan vasos!
– Pero al brindar no hubo aplausos, ni guitarras, ni un alago…
- Y ella alegó tomándoselos: – El amor es más amargo que un mal trago.
- Hoy me regreso a mi campo, pues el aire en la comarca está encerado; y me
lo llevaré para liberarlo, porque lo han ensuciado y al respirarlo me da asco. Y
me olvido del pasado al decir algo; y en las noches me emborracho
recordándolo, con la boca entreverada entre dos bancos. ¡Me dejó el hombre
que he amado! Y aquí hoy desangro, llena de alcohol y quemando, sin mis
sinsontes, ni gallos, sin mis mañanas de encanto; y entre botellas rogándolo.
lo llevaré para liberarlo, porque lo han ensuciado y al respirarlo me da asco. Y
me olvido del pasado al decir algo; y en las noches me emborracho
recordándolo, con la boca entreverada entre dos bancos. ¡Me dejó el hombre
que he amado! Y aquí hoy desangro, llena de alcohol y quemando, sin mis
sinsontes, ni gallos, sin mis mañanas de encanto; y entre botellas rogándolo.
Y aunque lloró y gritó alto nadie en el bar le hizo caso, pues nadie cree a los
borrachos, ni aunque en almas al desnudo al alcohol se hayan confiado. Y hoy
en su tumba una tarja sirve de verso al relato, rezando como me lo contaron
unos gatos, que por el cementerio pasaron, para dedicarle un tango maullado,
sobre un ático en el campo: – Aquí yace Bella Dama la embriagada, censurada
cual la voz que nunca habla, para no tener que escucharla cuando llama…
borrachos, ni aunque en almas al desnudo al alcohol se hayan confiado. Y hoy
en su tumba una tarja sirve de verso al relato, rezando como me lo contaron
unos gatos, que por el cementerio pasaron, para dedicarle un tango maullado,
sobre un ático en el campo: – Aquí yace Bella Dama la embriagada, censurada
cual la voz que nunca habla, para no tener que escucharla cuando llama…
‒ ¡Pongan vasos; y realicen que el amor es más amargo que un mal trago!
- Así cuentan que murió, desesperada tomándoselos, hasta que el tiempo
dejó aquel lejano Condado, entre ramas olvidado en el pasado, en otro astro.
dejó aquel lejano Condado, entre ramas olvidado en el pasado, en otro astro.
Photo Eva Moreno BBGC Copyright
Published Vogue Italia : February 2014
Published Vogue Italia : February 2014
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