‒ La Inmaculada Virgen del Habla.

Para que puedan contarlas les traigo las páginas mágicas de una historia aún no escuchada, la de La Santa Palabra Respetada, la de “La Inmaculada Virgen del Habla”,que ni siquiera cuando duerme  calla. Las leí en un libro raro en la Biblioteca de las Vidas Magnas. Me la encontré toda ávida de ser rastreadas con calma y sin restricciones semánticas baratas. Y ni suelta presumía de blanca, pues al darla la expresión colorea y cambia. La correcta es pulcra y practica y trae aires de leyendas que se hilvanan cual candil, a luz de mañanas renovadas al pintarlas, sobre las aguas sagradas de la sabia.

Cuales palabras, que reverdecen la espátula y en arcoíris desatan, amor, razón y esperanzas. Sin las malvadas, las incorrectas y las falsas, las destructoras y las rancias. Cuales palabras, podridas cuando son tiradas sin pensarlas. Hay bocas que solo cuentan fabulosas coyunturales y banas, que cuando  muerden desangran pues hay lenguas reputadas por ser largas. Y hay las que funden en ganas de decir soy, reafirmadas, descritas con elegancia, útiles y no apresadas. Pues solo con palabras se ensaya la pieza teatralizada de la cruenta existencia humana, la que La Virgen desata al ser tocada.

Cuales palabras calcadas que hasta en la Biblia recalan, se eterniza la maldad en cada casa; y ahora se reza con faltas, pues nadie tiene sobradas. Mal fundadas las retoricas se convierten en metralla y parten dientes con balas, en Oriente, en Occidente, en Asia y África. Se disipan continentes por no saber negociarlas, se caen de nubes las frentes y en el suelo se resumen derrotadas. Y se alzan cómo Fénix recitadas, cuales falanges inmunes, ante la torpe guadaña y contra todo lo que represente cruz y espada. Contra las guerras cansada y contra canallas conjurándolas, remando a contracorriente…

- Sin ver cepo y resignada, marchando en sandalias con sus pies llenos de escamas, se desplaza ensordecida, dolida y resentida, por cada página esgrimida. ‒ ¡La Inmaculada Virgen del Habla!

Sus prosas cuentan la infinita plenitud de su confianza, sus reacciones cotidianas, sus sensaciones y ansias y la ardua tentación de su rabia cárnica. Sus consentidas paradas por las lejanas galaxias hacia donde escapaba cuando se sentía mutada; y nadie aquí quería escucharla. Pues por los universos por donde vagaba ella borracha, sin preguntarle la atrapaban y la ensalzaban piropeándola mientras gravitaba. Y se daba y se quitaba ebria y romántica, en orgasmos, maremotos y cascadas. Y venia y resbalaba lela y estrellada,  cuales palabras del alma, que de entrañas brotan sumo al coitarlas…

‒ La Inmaculada Virgen del Habla…  - Gemía desesperada al ser amada. Y hasta en noches declamaba sus palabras conversándolas, sin gritarlas, dando gracias, buena suerte, adiós, de nada…

- ¿Si su voz hasta al Demonio hipnotizaba, porque Diablos olvidamos de hacer gárgaras?

- ¿Si hasta en noches y en otoño abría gargantas, por qué coño en nuestro tiempo es censurada? – Desterrada en un convento, allá encerrada, en una urna de cemento en Disneylandia…

‒ A La Inmaculada Virgen del Habla me la encontré en una trampa, sorteando manchas plasmadas.

- Inspirando a cada ser que se encontraba a con sus promesas recalcar lo que buscaba, Paz,  Esperanzas; y albor al alba. Y a respetarlas cuales palabras, con su saliva, bien pensadas y sin faltas…

- ¡Santa Lucida del alma, reclama que la luz se haga…; y que se lea en esta página al cerrarla.

‒ Cuales palabras, de “La Inmaculada Virgen del Habla”, consentida por ser sabia y bienpensada.

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