― ¡Hay gente que aparta y otras que reclaman…!

Hay gente que promete andar pero no avanza, dicen dar el corazón y luego nada, solo basta el esperar pues cuando pasan, tras sus noches van cayendo madrugadas. Hay gente que traiciona y no quieren ni en casa, se las dan de ruiseñores con plumas de águilas, pero solo advertirán no tener alas, cuando decidan volar y estas se caigan. Hay gente que no se cultiva plantando palmas, solo se miden a ellos y a sus patas, pero cuando caen al suelo no se paran, pues las lozas sin cemento se resbalan, en la triste intimidad de un vaso de agua.

― ¡Hay gente que se cree de alta y se rebajan, en la oscura profundidad de sus entrañas!

– Y hay gente que suelta al gorrión muerto en su jaula, cuando al llegar la mañana el canto cansa, recordando sin palabras sus desgracias, pues las notas de un silbido no se graban…

Hay gente que rueda sin fin penalizada, que se rajan cual cataclismos por sus fallas, que al gritar por resignar saltan la página, pues no hay finales bonitos si se acaba. Hay gente que se quita piel, venas y glándulas, que se rasgan hasta sentirse deshuesadas, que se mutilan por la espalda y se desgarran; y por donde pica se encajan una espada. Hay gente que sin temer cortan gargantas, que sin ganas ni querer, brindan manzanas. Que se callan al verlas comer cuando de rabia, sus victimas envenenadas mueren contagiadas, con sal de plagia.

― ¿De que sirve el padecer, si el dolor mata?

– Si hay gente que te viste rota y caes cual lagrima; y las lloras y lloras, para botarlas…

― ¡Y ahora llora, llora…!

– Y ahora llora, llora, llora, llora y llora; y en tu llanto recuerda espulgar las sabanas.

Mirada de cuervo sediento by Vincent Tessier

Y ahora llora, largas horas, pues la gente no verá tu magia atada, sangrando paja, quemando la soledad de tus mañanas. Y ahora llora, si te amargan, que no es deshonra el sentir que el cruel dolor tu pecho embarga. Y ahora llora, pues la gente al bien llorar se siente liberada. Y ahora llora, que el llanto sin callar se vierte hasta calmar las ansias y las sana. Y no olvides lavarte la cara cuando partan, pues la carne sonrojada trae más aguas y las pupilas se dilatan; y lloras, pues de otrora la memoria aclama glorias, liras y serenatas.

– ¡Y ahora llora, llora; y ahora llora, llora, llora, llora y llora¡

– Y si hay gente que te jura magia, pero arrasa, deja que partan. Espera, calma y sonríe al verlas alejar por tu ventana, que hay gente que a pesar que otras te apartan, te reclaman.