Estoy buscando en el tiempo las coordenadas del llanto,
el paralelo del negro y el meridiano del blanco, vertido
por ojos ternos como gotas de cansancio y signos de un
pasado vago; que al presente me llega invalido, cuando
pienso a lo olvidado.

Estoy viviendo el calvario de reeditarme los cambios; y
bebiendo el trago amargo de recordar lo pasado. Mirando
al sol desde abajo iluminado al contrario; y reflejado en
lo alto de un edificio mojado, por aguaceros con rayos y
arcoíris de cantos trágicos…

Y tengo que gritar bien alto lo tanto que yo he llorado,
pensando a un amor lejano que un día me dejó plantado
y esperando a un tren errático. Que me impidió de montarlo
y tomó un rumbo extraviado entre las brumas del Campo
Santo; donde enterramos el pánico y desterramos lo sabio.

Hoy me siento enamorado y sonrío a los recuerdos vagos
que en mi otra vida quedaron. Y en el limbo de mi espacio
hoy yo estoy volando alto y confesando que he llorado. Tanto,
que hasta mis ojos ven raro la torpe realidad de mis cantos;
y me muero atolondrado, pero negando el cansancio…

Estoy sumido a lo errático y desesperado de pánico. Estoy
perdido en los llanos y atravesando milagros por ríos mares
y pantanos; y estoy buscando en los lagos las coordenadas
del llanto, desterrado en estos tantos años. Perdido el
rumbo olvidado, solo nos queda a empezar por recordarlo.

Solo nos queda el buen rato; y los lugares que amamos.

Picture by Ariel Arias 
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