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Channel: Los Susurros de Cantero
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¡Hasta que el amor le llegue…!

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En las entrañas del bosque Manouchka by Emmanuel Peignelin for Tony Cantero Suárez

Por las entrañas del bosque me la encontraba extasiada,
por las mañanas bailaba y en las tardes de balada se iba
a ensayar locas danzas. Y donde nadie la molestara
contornaba su elegancia entre las plantas, hasta que la
madrugada pasara. Se perdía por la arboleda y entre
rocas bebía del suelo musgos gélidos, se escondía entre
cascadas y bajo el agua de un riachuelo se hacía lagrimas;
y a las hojas de un helecho susurraba, envuelta en gracia.
Vello a vello, poro a poro, su cuerpo entero y su alma de
Hada cándida; de dulzura vuelta ungüentos que relajan.
Y dominando la arboleda mágica que queda detrás de mi
casa, se hacía raíz de mujeres; y florecía en hembra clásica.
Corriendo por la guardarraya hasta que en diciembre se
hacia copos de nieve silvestre. Se humedecía como gotas
de chubasco que entre calores convienen, dando a sazón
sus encantos, en algún verano estéril. Y llovía al atardecer
en mayo y septiembre, encargándome mi semen. Onda
nostálgica mutaba en el recuerdo de sus sienes, dando
pasos transparentes al poniente. Y en primaveras, ya
verde, solía cantar, “como siempre”; ¡si me quieres…!
Baile en penumbras Manouchka by Emmanuel Peignelin for Tony Cantero Suárez
Hasta ayer cuando partió a otro bosque alegre, a rascar
su cuerpo imberbe sobre otra roca en pendiente, para así
fertilizar su especie y ver bullir su piel en fiebres; y sus
pétalos en mieles. Con su corola muriente, de amor sin
genes. Y a bailar hasta que el amor le llegue, porque el
mío, al parecer; parece que no le fue suficiente. Hasta ayer,
cuando vio el negro-azul del poniente oscureciendo; y pensó
que entre las sombras vivían duendes. ¡Transparentes!
Con carne de seres y con dedos de serpientes, que hasta
a la flauta enmudecen, floreciéndole; si se encienden.
- Hasta ayer pues no fui a verla en su deleite; ¡por deberes!
Y ojala que se derrita en melodías; y que también vuele a la
línea de la arritmia. Que le regalen noches de amor y cosas
lindas, que la viertan vuelta tinta iluminando una esquela al
mediodía. Que la tierra se consuma ante su vista de ojos
de fiera vencida; y que entre caricias perdida vuelva al día
vuelta ninfa, en una estrella furtiva. Y que entre besos gima
alto bocarriba, como letra hecha poesía, viva y lirica. Y que
baile bocabajo y hasta arriba; a la sombra en una equina.
Y que baje y que se explote en una escena sin firma; y que
sobre todo, que no le duela, si el amor no llega a ella…
¡Pues el no espera; para verla!
Picture courtesy of Manon Farge by Emmanuel Peignelin 


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