Tras los laberintos termales que ornan los lares distantes por los que anduve de viajes, se llega a pies y galopando como hicieran mis ancestros inmortales, o en coche negro y vestido de hilo bordado, como vengo manejando y te cuento en lujo de detalles, hasta el Condado del valle donde hoy vine a beber sangre, cansado de los ya habituales.
Y esta noche tengo hambre y deseos tentaculares, de comer aortas al plato aún palpitantes, para morderlas con mis molares, el paladar abrazándome y dándome el gusto ensangrentado, de confesar que me place. Y de atar con besos que maten y rezos de no me importa, dale dame, los labios de las hembras que me tienten por los parques.
E igual me comeré sus carnes, las de sus pechos mimándoles y las de sus piernas devorándoles, sus restos vaginales, pues los antojos fatales, casi siempre son de clase. Y por cierto al que me hable, más le valdría marcharse evitando ser pedante, para mis dientes no enseñarle; y así poder cumplir mis planes, de cenar mujer por partes.
– Y no otros animales, a los que no me plazca chuparles…
Y tu, mi cruel escudero, mi Caballero sin armas y fiel celador de mi caja, no te inquietes que tu cuello ya ni sangra. Pues tu alma la vendiste a mi cuñada una noche en Transilvania, vestido de quien te habla, la mismísima guadaña. Yo, tu hermano, El Conde Dracula. Y no me esperes, pero prepara las sabanas, para mancharlas al alba.
– Pon el reloj junto tu cama y vela, para que aunque las horas partan, que el sol no salga…
Para disecarles a quienes se me entreguen, trompas, anales y fabulas, carótidas y para que no se me distraigan, desbordaré sus bulbos de agua en palanganas, por si mi sed no se calma. Y mañana verás como me extrañan, que gemirán dándose al dente y deslenguadas, mi cola por bocanadas, creyéndose Hamelin Flauta; y yo susurraré admirándolas.
― Haciendo honor a mi casta, de Vampiros que conquistan con su gracia y no atacándolas; y me llamarán su bello Dracula, ya erizadas, sin más gargantas, descalzas y arrodilladas…
– Cual eco de la madrugada, que anuncie mi vuelta a Transilvania, atravesando por donde hierve el agua con la libido atestada en mis entrañas, revuelta en sangre de Damas.
LLEVATE TU EJEMPLAR DE
DIVINO EXILIO,
6to Y NUEVO LIBRO DE
EL IDÍLICO EXISTENCIALISTA.
[Click on the banners to buy the book]
BUY THE SPONSORED PAPERBACK BY @AmazonUK