Los invito a todos a leer el N° 127 de Guatiní , Revista de arte y literatura fundada y dirigida por el poeta y amigo cubano Ernesto Rodriguez del Valle, a quien reitero mi infinito agradecimiento por el regreso de una de mis obras a sus páginas. Esta vez le tocó a la prosa poética existencialista “El alma de la ceniza”, Pág. 17, que aparece igualmente rodeada de las obras de reconocidos autores del mundo literario y artístico Hispanoamericano. Les deseo a todos una excelente lectura, Gracias.
“Una luz surcó en azul la encrucijada, el laberinto de calmas por donde
se escapan cabizbajas las ganas perdidas y lánguidas. Por donde se
funden grisáceas, venas, arterias y manchas. Gracias grasas y aguas
pasadas banas. Sangre y lagrimas, carne desecha y nervios de piel
quemada, que bajo una lapida seca desesperanzan. Se anuncia aceite
de entrañas al cien por ciento gama alta, a la venta en una plaza
donde las llamas no callan, pues los poros inmolados gritan basta…
se escapan cabizbajas las ganas perdidas y lánguidas. Por donde se
funden grisáceas, venas, arterias y manchas. Gracias grasas y aguas
pasadas banas. Sangre y lagrimas, carne desecha y nervios de piel
quemada, que bajo una lapida seca desesperanzan. Se anuncia aceite
de entrañas al cien por ciento gama alta, a la venta en una plaza
donde las llamas no callan, pues los poros inmolados gritan basta…
Y el Camposanto que estalla, rememora con sus lágrimas la hazaña.
Candela y lava reventaron el cielo de sus bocas que acallaban
asustadas por Don Paria, el Diablo de las castas castradas que en
el manicomio mandan. Que amaneció esta mañana con el alba ya
alocada; y volvió a la madrugada en que incendiaba las comarcas
sanas, para destruir sus casas. La redundancia da vueltas entre
montones de paja, de gajos secos, de leños y de tablas; y detalla
la amalgama en tinta abstracta, en una prosa volcánica inspirada.
asustadas por Don Paria, el Diablo de las castas castradas que en
el manicomio mandan. Que amaneció esta mañana con el alba ya
alocada; y volvió a la madrugada en que incendiaba las comarcas
sanas, para destruir sus casas. La redundancia da vueltas entre
montones de paja, de gajos secos, de leños y de tablas; y detalla
la amalgama en tinta abstracta, en una prosa volcánica inspirada.
¡En aquellas voces, que aunque quemaban, no limitaban palabras!“
Extraído de “El alma de la ceniza”
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GUATINI 127 (PDF)
Revista Guatiní: PARA ACERCARTE AL ARTE Y LA LITERATURA http://issuu.com/revistaguatini/docs/guatini_127_6e6d9890e4c47b?workerAddress=ec2-54-211-1-75.compute-1.amazonaws.com
Disfruten de la buena lectura.
Sitio web del redactor:
“El alma de la ceniza” en versión original: http://tonycanterosuarez.com/2013/04/26/el-alma-de-la-ceniza/