Jurassic Sherwood Life.

– Cada cual aspira y espera a realizar lo que desee hacer con su vida, unos se baten por esta, otros la arriesgan y algunos sin tener tan siquiera cuenta de ella, la reniegan…

Justamente porque cada cual tiene su propia cabeza y piensa como le convenga, o acepta las reglas de la existencia y prueba que en el respeto de estas, radica la razón de la libertad suprema. Por lo que a decir verdad, aunque la mayoría de las personas digan que no les interesa, dando pruebas de la falsa humildad que la desesperanza engendra, inconscientemente y aún gozando, o no, de esta, reivindican su paso por la existencia haciendo lo mejor que puedan y mostrándolo, para que se vea. Ya que solo gana quien se las agencia, aunque el reconocimiento le de penas y no la gloria de trastienda visualizada por profetas. Y guardamos en nuestras memorias, tanto a quienes nos precedieron, amaron, enseñaron y viceversa, como a quienes nos detractaron, fracturaron y mintieron.

― ¡Y de la reciprocidad para darnos, casi siempre nos pasamos, si devenimos contrarios…!

Y nos decimos, todos, a lo pasado, pasado, pero no antes de que la muerte esté llegando y nos sepamos acabados. Ya que nadie cava su propia tumba, pero si advierte la cruz y el dardo envenenado, de quienes en vida se enterraron, paso a paso, sin haberse realizado.

Y a aguas varadas, cañadas, porque la nostalgia termina siempre siendo olvidada al redondearla, pues el buen valor solo lo da el poseer, al balancear las semblanzas y no la arena regada por las playas, resignados pensando que la vida expira; y nos iguala la talla.

― ¡Engañada, pues más allá del principio primario de la ceniza enlatada, como el de la paz sin armas y las armas cuando las paz nos falta, de quien a muerto solo cambiará la masa..!

– Sobre todo si rememoramos y pedimos darle alas, repitiendo, redundando y hasta la baba, reiterando sus palabras…

– Es por eso que allá quien no persiga pasos, porque de Dinosaurios petrificados, incluso por el fuego exterminados, por el bosque si buscamos, siempre encontraremos rastros…

– ¡Pues solo la perseverancia atrae milagros, sin consolarnos, ni abdicar de lo bregado!