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La caratula de Divino Exilio es blanca como un sobre de carta, pero sus...
“Tony, te adjunto el prólogo, un gran libro. Un gran placer haberlo leído.”IsmaelLPrólogo :En ocasiones uno ni se entera que está hablando con un gran escritor o un gran poeta, son los amigos de a...
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El Show de la Chica Ninfa.
– La niña fina y devota abre ojos a la aurora y al sol se siente dichosa pidiendo sus chambelonas, dulces y pomarrosas, mientras se pinta los labios, hasta ver su boca roja… La Chica Ninfa suntuosa se...
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La crapulosa abstinencia de la Soberana.
Que hace Usted aquí parada, preguntó Curioso Vives el Señor que bien quedaba, a su bella Soberana que admiraba sin tocarla, cada vez que esta partía de acampada a contemplar una batalla. Y ella le...
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― ¡Mientras el sueño de alas…!
Me ha convidado Aladino a volar en su manta, a recorrer los caminos de un cuento en hamaca, llenos de historias, de trizas, de juegos y de sabanas. Y de rencores, de alcoholes, de inciertos y...
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El contemplador de pasos. (- Oda a Chaplin)
Cuales restos de Babilonia por la Mesopotamia regados, siente su cuerpo quebrantado después de haber andado hasta el cansancio salvando sobras y pedazos de viejos sueños legados, arruinados por...
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La celeridad del delirio.
Alumbrados y encendidos, reverberando dormidos, efervescentes, cenizos y cayendo como pinos, quemados hasta el sacrificio entre crucifixiones y otros ritos en los cuales los humanos desde otrora...
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Lucho contra los Nomos sordomudos.
Desde aquí se escucha el murmullo de la casa de los muchos, los vecinos más convulsos que no tiene todo el mundo. Ninguno habla y no es justo tantos escándalo al unisono repicando cual conjunto, con...
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Menudas piernas…
De cofres llenos de piernas estaba la tienda llena, todas de hembras y bellas, en medias, botas, chancletas, descalzas, delgadas, llenas, blancas, amarillas y negras y si para contar aún quedan…– ¡Yo...
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Si contamos…
Justo a la vuelta de los años vemos pasando cansadas, a algunas musas de marras que a solas y avejentadas vagan, aquejando sus desgracias sin almohadas. Sin Duendes Verdes, ni Príncipes Azules de...
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– Donde quede el fin del Mundo…
Donde quede el fin del mundo ya no hay esquinas perdidas, ni en las penumbras rendidas vagan sombras de turistas. Ya en sus cumbres no hay ventiscas, ni en las mañanas tranquila florece la flor de...
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Antes de incrustar la firma.
Cuando las ideas no fluyen se lanzan letras al cesto, palabras sin más derechos y frases faltas de esfuerzo, que al rimar se resintieron, sin organizar los pensamientos. Se queman cabos, el humo muta...
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Jurassic Sherwood Life.
– Cada cual aspira y espera a realizar lo que desee hacer con su vida, unos se baten por esta, otros la arriesgan y algunos sin tener tan siquiera cuenta de ella, la reniegan… Justamente porque cada...
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– Allá donde se ve el mañana.
Allá donde el azul se alza sobre cerros y nubes blancas evaporadas por sorbos, que por el cielo se abrazan como si tuvieran alas y al caer renuevan rostros sudorosos. Allá donde en las brizas bailan...
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― La lista frigida.
– Alzo la vista y veo tu imagen que vacila, las pesadillas alimentan mi desdicha, sobre mi silla aquí sentando espero el día, cuanto daría por ver tu cara bella niña; y alegre y nítida…– ¿Y me pregunto...
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Signos vitales errantes…
El miedo de tener miedo lo padecen los gigantes, los enanos, los amantes, los crueles y los gobernantes, los que no le temen a nada, los cívicos y los tolerantes, los que se hierven la carne y los que...
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― Si lo vieron…
― Cuentan que los ríos al principio no fueron más que arroyuelos, que sus causes medían centímetros y que de entre piedras aún en fuego, brotaron cantaron llenos del agua que del universo, resintiendo,...
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Rondas nocturnas…
Abra la puerta, chófer, nos quedamos, les oí decir a la entrada del barrio, el sofocado y ella gritándomelo, gracias señor, pare aquí que bajamos. Y escuché besos, gemidos, zapatos, ropa interior que...
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Oraciones afortunadas.
Quisiera tener la suerte, de tener suerte en presente. Quisiera tener la suerte, de ser lo que yo quiera ser, sin que lo finja, ni ceje. Quisiera tener más suerte y si la suerte se adquiere, desearía...
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Sorpresas embotelladas.
Por esta acera a la izquierda y pasadas dos cuadras rectas, atravesando en la esquina y doblando hacia la derecha, andando a piernas se entra por un callejón que comienza justo a donde el faro ciega,...
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– ¡Sin reclamos…!
Me han osado enamorar, después de tanto, me silbaron al pasar y no hice caso, me han seguido por un rato y en un banco, me han tocado y me han hablado en tono bajo. Para decirme Señor, con tierno...
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